Introducción:
El arte y los artistas.
“No existe el Arte, sino los artistas”. Así empieza Gombrich su introducción, y alrededor de esta afirmación planteara sus ideas sobre ambos conceptos: Arte y artistas.
El Arte ha significado diferentes cosas en diversas épocas, este un ideal para Gombrich, que generación tras generación los artistas han tratado de alcanzarla, pero lo cierto es, que es una ilusión, y que no hay una fórmula exacta para crear Arte.
Apreciar una creación “artística” depende mucho del espectador y del creador, pues es usual que el primero vaya a ver una obra de arte poseyendo prejuicios y gustos previos, y estos son finalmente los que determinarán si la obra fue de su agrado o no. Además el artista siempre debe de tener un motivo de creación. Nada es al azar, él siempre busca armonía, una especie de perfección y la tarea del espectador es comprenderlo. Por este motivo, Gombrich critica en su introducción a los “snobs” que critican los cuadros de algunos artistas sin motivo alguno, y cito: Hay dos cosas, pues, que deberemos tener en cuenta siempre que creamos encontrar una falta de corrección en un cuadro. Una, si el artista no tuvo sus motivos para alterar la apariencia de lo que vio. Oiremos hablar mucho acerca de tales motivos como la historia nos revela. Otra, que nunca deberemos condenar una obra por estar incorrectamente dibujada, a menos que estemos completamente seguros que el que está equivocado es el pintor y no nosotros. Por eso él recomienda, que siempre que vayamos a ver un cuadro, lo mejor es ir con la mente vacía, limpia de conocimientos y prejuicios, aunque acepta que, sobre gustos y colores, no discuten los doctores.
Capítulo 1: Extraños Comienzos: Pueblos pre - históricos y primitivos; América Antigua.
“No sabemos exactamente como inició el Arte” Dice Gombrich, pero aclara, que podemos rastrear sus orígenes hasta los pueblos pre-históricos y primitivos, no porque ellos hayan creado obras de arte pensando en su belleza, sino más bien en su función. Las creaciones de estos antiguos artesanos eran análogas, y correspondían a un fin que beneficiaría a la tribu. Por ejemplo, los hombres antiguos que pintaron animales siendo cazados por ellos mismos con lanzas y piedras en oscuras cuevas no pensaron “Hey, bajemos miles de kilómetros a adornar esas cuevas con nuestros métodos de caza”, no. Ellos hacían esto con un fin: el mágico. Creían que si se pintaban a ellos mismos cazando animales en abundancia beneficiarían a la tribu.
Gombrich concluye este capítulo afirmando que los artistas no buscan mejorar su técnica, sino más bien, que sus creaciones dependen de un cambio constante de ideas y exigencias.

Foto: (Google)
“No existe el Arte, sino los artistas”. Así empieza Gombrich su introducción, y alrededor de esta afirmación planteara sus ideas sobre ambos conceptos: Arte y artistas.
El Arte ha significado diferentes cosas en diversas épocas, este un ideal para Gombrich, que generación tras generación los artistas han tratado de alcanzarla, pero lo cierto es, que es una ilusión, y que no hay una fórmula exacta para crear Arte.
Apreciar una creación “artística” depende mucho del espectador y del creador, pues es usual que el primero vaya a ver una obra de arte poseyendo prejuicios y gustos previos, y estos son finalmente los que determinarán si la obra fue de su agrado o no. Además el artista siempre debe de tener un motivo de creación. Nada es al azar, él siempre busca armonía, una especie de perfección y la tarea del espectador es comprenderlo. Por este motivo, Gombrich critica en su introducción a los “snobs” que critican los cuadros de algunos artistas sin motivo alguno, y cito: Hay dos cosas, pues, que deberemos tener en cuenta siempre que creamos encontrar una falta de corrección en un cuadro. Una, si el artista no tuvo sus motivos para alterar la apariencia de lo que vio. Oiremos hablar mucho acerca de tales motivos como la historia nos revela. Otra, que nunca deberemos condenar una obra por estar incorrectamente dibujada, a menos que estemos completamente seguros que el que está equivocado es el pintor y no nosotros. Por eso él recomienda, que siempre que vayamos a ver un cuadro, lo mejor es ir con la mente vacía, limpia de conocimientos y prejuicios, aunque acepta que, sobre gustos y colores, no discuten los doctores.
Capítulo 1: Extraños Comienzos: Pueblos pre - históricos y primitivos; América Antigua.
“No sabemos exactamente como inició el Arte” Dice Gombrich, pero aclara, que podemos rastrear sus orígenes hasta los pueblos pre-históricos y primitivos, no porque ellos hayan creado obras de arte pensando en su belleza, sino más bien en su función. Las creaciones de estos antiguos artesanos eran análogas, y correspondían a un fin que beneficiaría a la tribu. Por ejemplo, los hombres antiguos que pintaron animales siendo cazados por ellos mismos con lanzas y piedras en oscuras cuevas no pensaron “Hey, bajemos miles de kilómetros a adornar esas cuevas con nuestros métodos de caza”, no. Ellos hacían esto con un fin: el mágico. Creían que si se pintaban a ellos mismos cazando animales en abundancia beneficiarían a la tribu.
Gombrich concluye este capítulo afirmando que los artistas no buscan mejorar su técnica, sino más bien, que sus creaciones dependen de un cambio constante de ideas y exigencias.

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